En mitad de agosto, y cuando media España estaba de fiesta, desde el otro lado del charco nos llegó una de las noticias más importantes que se darán en este 2011 en el mundillo de la tecnología, pero que está directamente relacionado con la economía, el ámbito empresarial y la vida en general, aunque esta última apreciación parezca pretenciosa.
Y es que Google ha alcanzado un acuerdo definido para la adquisición del fabricante de móviles Motorola Mobility por un importe de 12.500 millones de dólares en efectivo (8.724 millones de euros al cambio actual), una operación que ha sido aprobada por unanimidad por los consejos de ambas compañías, y a lo que simplemente habrá que esperar el “ok” de los órganos reguladores tanto de EEUU como de Europa.
Esta compra permitirá a Google reforzar el sistema Android y aumentará, según el grupo, la competencia en el sector de la tecnología móvil. Motorola Mobility seguirá siendo licencitario de Android y Android continuará operativo, destacaron.
Con todos estos factores se abren varios frentes difíciles de explicar y quedando a la intemperie para que sean acechados por rumores y chascarrillos de bambalinas que ponen en juego varios miles de millones de dólares. Por ejemplo, lo que se ha presentado como una batalla contra Apple puede tener otros perjudicados que nada tienen que ver. Se trata del resto de compañías que operan con el sistema operativo Android y que ahora pueden caer en la deliciosa tentación de la envidia supina, y motivos no les faltarán. Quién puede asegurar que los terminales de Motorola no serán los primeros en recibir actualización del “marciano”, nadie.
Así pues, este movimiento, beneficioso para Google, en principio, puede traer toda clase de suspicacias y nuevas alianzas. Además, esta operación también ha dejado muy a las claras que la guerra de las patentes está abierta y promete llevarse a más de uno por delante. Sin que sea el motivo fundamental, Google no puede obviar que esta operación se lleva a cabo para tener acceso directo a todo lo que posee Motorola, incluidas sus valiosas y polémicas licencias.
En definitiva, se trata de una operación empresarial de gran envergadura que reconfigurará el panorama de tecnológico en lo que se refiere a terminales móviles, aplicaciones y sistemas operativos. La guerra entre Google y Apple ha comenzado, nadie podrá detenerla.
Fuente: Dirigente Digital